La inteligencia de amenazas y su importancia en la ciberseguridad

En la era digital actual, la cuestión no es si sufriremos un ataque de ciberseguridad, sino cuándo puede ocurrir. Los ciberdelincuentes atacan cuando menos se lo espera, con consecuencias devastadoras para sus operaciones cotidianas. Si su organización tiene suerte, puede bloquear al atacante y limitar los daños.

Para muchos, no será así: volver a la normalidad puede llevar días o incluso meses. Por eso es importante detectar cualquier indicio de actividad maliciosa antes de que se produzca un ataque dañino, predecir lo que va a ocurrir y tomar medidas preventivas. Ese es el valor de la inteligencia de ciberamenazas (CTI).

La CTI consiste en recopilar información que ayude a los equipos de seguridad de la información a crear una estrategia defensiva sólida. Las organizaciones modernas reconocen cada vez más el valor de la inteligencia de ciberamenazas y muchas planean invertir más en ella en los próximos años. Sin embargo, reconocer el valor y cosechar los beneficios no son la misma cosa. 

En la actualidad, la mayoría de las organizaciones se aferran al formato más básico de inteligencia de amenazas (tales como feeds de datos de amenazas, IPS, cortafuegos), sin disfrutar de todas las ventajas que ofrece la inteligencia. Cuando se aborda adecuadamente, la CTI accionable abre todo un mundo de oportunidades. Aquí les contamos cómo.

Índice

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¿En qué consiste la inteligencia de amenazas?

La inteligencia de ciberamenazas es en lo que se convierte la información acerca de ciberamenazas una vez recopilada y analizada mediante algoritmos avanzados. Mediante la recopilación de grandes cantidades de datos acerca de las amenazas y tendencias actuales de la ciberseguridad y la realización de análisis con estos datos, los analistas de ciberamenazas pueden obtener información útil que ayude a sus clientes a detectar mejor las ciberamenazas y a prepararse ante ellas. 

A continuación, los equipos de seguridad consolidan estos datos en un informe de inteligencia, que se distribuye y comparte con otros departamentos. El objetivo es mitigar los ataques al comprender cómo operan los autores de las amenazas.

¿Por qué es importante la inteligencia de amenazas? Al igual que todas las facetas de la inteligencia, la CTI aporta un valor agregado a la ciberseguridad. Fortalece la capacidad de una organización de minimizar el riesgo cibernético, gestionar las amenazas y retroalimentar con inteligencia todos los productos que protegen las superficies de ataque.

¿Cómo funciona la inteligencia de amenazas? 

Además de identificar las vulnerabilidades del software y hardware, el informe incluye indicadores de tácticas, técnicas y procedimientos (TTP). Tradicionalmente parte de la jerga militar, las TTP son un concepto clave de la ciberseguridad y describen cómo los ciberatacantes orquestan, ejecutan y gestionan los ataques operacionales.

Las tácticas definen cuál es el objetivo de los ciberatacantes y las estrategias generales empleadas para acceder a los sistemas y la información de una organización (tales como ingeniería social o infiltración física); las técnicas explican cómo se lleva a cabo el ciberataque (tales como suplantación de identidad de los usuarios a través de adjuntos de correo electrónico); y los procedimientos son una orquestación paso a paso del ataque y a menudo la mejor manera de construir el perfil de un atacante. Parte de ello puede ser escanear un sitio web en busca de vulnerabilidades, escribir una consulta de SQL que incluya código malicioso y enviarla a un formulario web no seguro para hacerse con el control del servidor.

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Inteligencia de ciberamenazas: ¿quién la necesita?

La respuesta rápida es que todo el mundo. La inteligencia de ciberamenazas está dirigida a cualquier persona interesada en la infraestructura de ciberseguridad de las organizaciones. Aunque la CTI puede adaptarse a cualquier público, en la mayoría de los casos, los equipos de inteligencia de amenazas trabajan en estrecha colaboración con el Centro de Operaciones de Seguridad (COS) que monitorea y protege a diario una empresa.

Las investigaciones demuestran que la CTI ha resultado beneficiosa para personas de todos los niveles de gobierno (nacional, regional o local), desde responsables de seguridad, jefes de policía y legisladores, hasta especialistas en tecnologías de la información y agentes del orden. También brinda valor a muchos otros profesionales, como directores de TI, contables y analistas penales.

El ciclo de vida de la inteligencia de ciberamenazas

La creación de inteligencia de ciberamenazas es un proceso circular conocido como «ciclo de inteligencia». En este ciclo, que consta de cinco etapas, la recopilación de datos se planea, implementa y evalúa; a continuación, los resultados se analizan para producir inteligencia, que más tarde se difunde y se reevalúa en función de la nueva información y de las reacciones de los consumidores. La circularidad del proceso significa que se detectan lagunas en la inteligencia suministrada, lo que da inicio a nuevas necesidades de recopilación y pone en marcha de nuevo el ciclo de inteligencia.

Tres tipos de inteligencia de amenazas

En términos generales, la inteligencia se divide en tres áreas para adaptarse a la amplia variedad de necesidades de inteligencia de las organizaciones. Puede ir desde información de bajo nivel acerca de las variantes de malware que se utilizan en las campañas de ataque, hasta información de alto nivel destinada a fundamentar las inversiones estratégicas y la creación de políticas. El estudio de estas necesidades permite a menudo realizar evaluaciones estratégicas, operacionales y tácticas con conocimiento de causa.

  • Inteligencia estratégica: este tipo de inteligencia de amenazas pretende brindar una visión general de cómo cambian las amenazas y las tácticas (incluidos los autores, herramientas y TTP) a lo largo del tiempo. Generada a demanda como un informe, esta vista general del panorama de las amenazas ayuda a los responsables de la toma de decisiones a adoptar decisiones de alto nivel en tiempo real.
  • Inteligencia operacional: este tipo de inteligencia de amenazas se centra en la comprensión de las capacidades, la infraestructura y las TTP de los adversarios y aprovecha esa comprensión para llevar a cabo operaciones de ciberseguridad más específicas y prioritarias. Es algo que no pueden hacer solo las máquinas y se necesita un análisis humano para convertir los datos en un formato digerible.
  • Inteligencia táctica: este tipo de inteligencia de amenazas consiste en comprender las tendencias de alto nivel y los motivos de los adversarios y luego aprovechar esa información para implicarse en decisiones estratégicas de seguridad y empresariales. Ofrece apoyo a las operaciones a nivel táctico y su recopilación puede automatizarse casi siempre.

Estos tres tipos de inteligencia de amenazas (estratégica, operacional y táctica) ocupan un lugar destacado en la versión revisada de la norma ISO/IEC 27002 con vistas a ayudar a las organizaciones a recopilar y analizar «información relativa a las amenazas a la seguridad de la información». Esta adición de control es increíblemente importante. No solo normaliza la necesidad de inteligencia de amenazas, sino que la inteligencia que se consuma ayudará a las organizaciones a fundamentar las estrategias de seguridad y a aplicar las medidas de mitigación apropiadas. El resultado es inteligencia «pertinente», «perspicaz», «contextual» y «accionable» en todo el perímetro de seguridad de una organización.

Inteligencia integrada para su organización

Una buena solución ayuda a las organizaciones a consumir fácilmente la inteligencia, tomar medidas y maximizar el impacto de su inversión en inteligencia. El trabajo de una plataforma avanzada de inteligencia de amenazas (o TIP, por sus siglas en inglés) consiste en automatizar el proceso de investigación de amenazas, proporcionar inteligencia accionable y brindar una visibilidad más profunda del panorama global de amenazas. Armado con este nivel de automatización, su equipo de ciberseguridad puede empezar a analizar las amenazas más relevantes para su organización.

Para obtener resultados óptimos, seleccione una plataforma de inteligencia de amenazas con las siguientes características:

  • Correlación de datos de múltiples fuentes, es decir, la capacidad de consolidar las fuentes de datos internas y externas para brindar a una organización una visibilidad completa de las ciberamenazas.
  • Análisis y triaje automatizados, que evitan el riesgo de tener que lidiar con un diluvio de datos redundantes y de baja calidad
  • Función de intercambio de datos, que difunde automáticamente los datos en todo el despliegue de seguridad de las organizaciones.
  • Automatización, empleada para acelerar el análisis y el aprovechamiento de la inteligencia de amenazas.
  • Información práctica, para dar consejos útiles sobre cómo pueden protegerse las organizaciones contra las amenazas que la ciberinteligencia les ha aportado.

Inteligencia ante amenazas: ¿qué pasará de cara al futuro?

Cada día, los equipos de ciberseguridad enfrentan ingentes cantidades de información acerca de posibles amenazas. Con datos procedentes de sitios web, aplicaciones, sistemas administrativos, cuentas de usuario y muchos más puntos de entrada o acceso, la gestión de la inteligencia de amenazas se convierte en un desafío formidable. Para navegar eficazmente por este panorama, se necesita una solución sofisticada e integrada que permita cribar el ruido, discernir patrones y anticiparse a las tendencias emergentes.

Una plataforma de inteligencia de amenazas sólida no solo agiliza el proceso, sino que también permite a los equipos reevaluar continuamente sus prioridades dentro de su contexto específico, de modo que puedan adaptar rápidamente sus estrategias de defensa. Invertir en medidas de seguridad integrales para sus activos digitales tiene numerosas ventajas, desde el ahorro de costos asociado a contratar externamente personal de computación hasta la mejora de la capacidad de respuesta ante incidentes... ¡y la tranquilidad que aporta no tiene precio!